lunes, 20 de agosto de 2012

Historia del Plan Ceibal

En diciembre del año 2006, el presidente Tabaré Vázquez anunció que se pondría en marcha el Plan Ceibal y que con él, cada alumno y cada maestro de las escuelas públicas de todo el país recibirían de forma gratuita una computadora portátil.

Ese fue el puntapié inicial de este ambicioso proyecto socioeducativo, que pone a Uruguay a la vanguardia en la reducción de la brecha digital, la inclusión y la equidad en el acceso a la educación.
Los niños de la escuela de Villa Cardal, situada en el departamento de Florida, fueron los primeros en recibir las 150 máquinas donadas por la organización One Laptop per Child (OLPC), que iniciaron esta cruzada. Y así, de un día al otro, Villa Cardal, un pueblo de menos de 2.000 habitantes, al que los diarios llegan con tres días de atraso, pasó a integrar las ediciones de las cadenas internacionales de noticias, como CNN, de diarios como el Miami Herald y de sitios web en italiano, chino, inglés y japonés.

Dividido en cuatro fases, el Plan Ceibal buscó primero instalarse en todo Florida, luego expandirse a los demás departamentos del interior y, en 2009, llegar a la capital, Montevideo. En tiempo y forma y superando las complicaciones obvias de una empresa semejante, se cumplió el cronograma y hoy, maestros y alumnos de todas las escuelas públicas del país cuentan con su computadora portátil.

Su nombre, Ceibal, es el acrónimo de "Conectividad Educativa de Informática Básica para el Aprendizaje en Línea” y representa además al símbolo del país, su flor nacional: el ceibo. Como señaló el presidente Vázquez en el acto de presentación del plan: “hubo que hacer –lo voy a confesar– malabarismos para encontrar qué podíamos hacer para que “Ceibal” se transformara en una sigla, bueno y ahí está. (...). Esto quiere decir una computadora para cada niño y la misión es equiparar tecnológicamente a todos los niños en nuestro Uruguay”.

El Plan es desarrollado conjuntamente por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la Administración Nacional de Telecomunicaciones (Antel), la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), al que, mediante un decreto de Presidencia, le fue encomendada la implementación técnica y operativa del proyecto.

La iniciativa se inscribe, en lo interno, en el Programa de Equidad para el Acceso a la Información Digital (PEAID) y, a nivel internacional, en el trabajo llevado adelante por la organización One Laptop Per Child, nacida al influjo del científico estadounidense Nicholas Negroponte.

“Es un proyecto educativo, no un proyecto de laptops. Si podemos hacer que la educación sea mejor -particularmente en primaria y secundaria- el mundo será mejor.” Ésas fueron las palabras de Negroponte en el Foro Económico Mundial de Davos, en 2005, que dieron inicio a esta revolución de la educación*.

Años de desarrollo y mejoras por parte de OLPC dieron origen a las XO, las computadoras portátiles que, desde 2007, se entregan a los niños de varios países del mundo. Bajo costo, software libre y resistencia al trato de los pequeños, eran condiciones indispensables para que las máquinas llegaran a sus destinatarios. Todo este trabajo contó con el apoyo técnico y económico de varios gigantes de la industria como Google, AMD, Red Hat, News Corp y Brightstar.

(*) Si bien la idea de entregar una computadora a cada niño tenía más de 40 años (con las teorías del sudafricano Seymour Papert), fue en 2005, en el Foro Económico de Davos, donde al influjo de Negroponte el proyecto cobró mayor trascendencia y se creó oficialmente el proyecto OLPC.